‘Error de cálculo’ debe ser la frase que más se escucha en Kiev, así como en otras capitales europeas y en el mundo entero, así como en los mercados bursátiles, entre los analistas, en las redacciones de los diarios, etcétera. Durante los últimos días e incluso meses se contemplaba una acción militar por parte de Rusia para defender a las que reconoce como repúblicas independientes en el este de Ucrania. Se esperaba que las acciones militares se concentraran solamente en este punto y que fueran muy pocas las actividades llevadas a cabo.

Antes del amanecer del 24 de febrero, las acciones militares comenzaron, tras el discurso del presidente Putin donde calificaba al actual gobierno ucraniano de neonazi, por el trato que reciben las personas rusas en ese territorio. Por lo cual, podemos entender que el objetivo de defender solamente a las nacientes repúblicas no es el único, sino también revocar al actual gobierno de Volodimir Zelenski.

Por lo cual, es lógico ver que las acciones militares no se concentran solamente en la frontera. Por ello, en las horas siguientes de iniciado los combates, el ejército ruso entró a territorio ucraniano por el norte, con la frontera con Bielorrusia, con tanques y helicópteros. Sorpresivamente, ingresó también por el Mar Negro y Crimea, en la frontera sur, así como por el este. 

Podemos entender que el objetivo no es solamente una parte del territorio, sino continuar avanzando como lo están haciendo. Incluso, podemos llegar a pensar que tomarán la capital y el control del territorio en su totalidad, así como inhabilitar a Ucrania en el sentido militar. 

Este “error de cálculo”, principalmente de los ucranianos, les está saliendo muy caro. Todo el apoyo en toneladas de equipo por parte de Occidente está siendo destruido de inmediato, pues se pensó que el ataque solamente se concentraría en la frontera este. Las autoridades ucranianas no consideraron pertinente tomar acciones a la defensiva en todo su territorio.

Escuchando las declaraciones de ciudadanos latinoamericanos que en los últimos años se encuentran viviendo en Ucrania, podemos ver que las autoridades ucranianas erraron en el cálculo y no prepararon a la población, es más, los hacían sentirse seguros de qué sería algo leve, concentrado en la frontera y que ellos estarían bien.

Pensaron que era casi imposible que algo bélico ocurriera y no hicieron las movilizaciones de población pertinentes. Vemos que, a consecuencia de las acciones militares, la ciudadanía se está movilizando por sus propios medios, utilizando las instalaciones del Metro para salvaguardarse, pero no se ven los alimentos. ¿Dónde está por parte de las autoridades ucranianas la prevención?

“Error de cálculo” también de los países aliados, al creer que sería una operación rápida y concentrada en la frontera, no una situación que provocara la huida del país (alta probabilidad de crisis de refugiados) y la amenaza al gobierno nacional. “Error de cálculo” de las autoridades ucranianas, pensando que la OTAN o sus países miembros entrarían rápidamente en su defensa, y esto se puede ver en el discurso del presidente Zelenski donde dijo “estamos solos”.

Han pasado poco más de 30 horas y algunos medios indican que las tropas rusas entraron a la capital Kiev, posiblemente otro “error de cálculo”, pues se pensaba que Ucrania daría más pelea y sostendría ataques rudos, de que Ucrania no es la débil Serbia o el casi destruido Irak, pero vemos la aplastante maquinaria rusa en acción. 

“Error de cálculo” pensar que no pasaría nada, después de tantos años que se declararon independientes esos territorios y el gobierno de Vladimir Putin no había actuado. Debemos tener en cuenta que Rusia primero fue sede de los Juegos Olímpicos de invierno Sochi 2014, además fue por Crimea, punto de mayor interés geoestratégico; esto le llevó consecuencias y debió digerirlas como la salida del G8, ahora G7, entre otras.

Posteriormente, tuvo que manejar un perfil internacional deportivo, al ser sede el Mundial FIFA 2018. No podemos dejar del lado la pandemia de COVID-19, que seguramente atrasó los planes con Ucrania. Una vez que todo estuvo resuelto y tranquilo, Rusia lanzó esta aventura bélica. Como dicen los que saben, el invierno va de salida y es momento de mover al ejército.

¿Qué pasará después? Podemos decir que se aplicará, en primer lugar, la estrategia de otras ocasiones: tomar al país, pacificarlo, dejar una reserva militar y mediante un proceso político dejar un gobierno prorruso. En este caso, un gobierno que no busque pertenecer a la OTAN y que el trato para rusos y ucranianos sea igualitario. 

En segundo lugar, el escenario a futuro próximo podría ser la anexión total de Ucrania al territorio de la Federación Rusa. En tercer lugar, que una parte considerable del territorio ucraniano, claro, contemplando el control total del Mar Negro, pase a ser territorio ruso, como lo es actualmente Crimea, y lo que sobreviva como Ucrania, con un gobierno para que funcione como estado “colchón” entre Europa y los miembros de la OTAN y el territorio ruso extendido. 

Putin tiene una colección de actividades: político, estadista, estratega, empresario, deportista, y solamente le faltaba la acción bélica, como lo está haciendo ahora. Ya había tenido acciones militares en Chechenia y en otras zonas del Cáucaso, pero con esta reciente actividad bélica en Ucrania podemos decir que actúa como los anteriores dirigentes rusos, le podemos decir ahora ‘el zar Putin’.

El Dr. Erasmo Zarazúa Juárez es académico e investigador del Departamento de Estudios Internacionales de la IBERO.