El Dr. Gerardo Martínez Avilés platica sobre este instrumento, uno de los más grandes de su tipo en el mundo.
Romper marcas mundiales no es cosa sencilla, sobre todo si es la primera vez que se intenta superar un límite tecnológico. Un reto de esta naturaleza se lo propuso en 1994 un grupo de científicos e ingenieros mexicanos al iniciar el proyecto del Gran Telescopio Milimétrico, que actualmente se encuentra en la cima del volcán extinto Sierra Negra, el quinto pico más alto de México, en el estado de Puebla, cerca de la frontera con Veracruz.
José Luis Hernández Rebollar es doctor en Ingeniería Eléctrica, especializado en señales y sistemas, por la Universidad George Washington en los Estados Unidos. El experto ha participado activamente en el reto de construir el telescopio milimétrico más grande de nuestro país y uno de los más grandes en el mundo. La noche del miércoles 6 de abril contamos con su experiencia en este tema en conferencia virtual para el Centro Astronómico Clavius.
El Gran Telescopio Milimétrico (GTM) consiste en una enorme antena parabólica de 50 metros de diámetro, capaz de captar una región del espectro electromagnético cuya longitud de onda corresponde a los milímetros. Muchos procesos físicos del Universo, como el nacimiento de estrellas o las nebulosas de polvo, emiten en esa longitud, por lo que su observación es fundamental para tener un conocimiento completo del cosmos.
En un país como México tener un instrumento de vanguardia científica no es fácil. Se necesita presupuesto, conocimiento especializado, planeación a largo plazo y el empeño de mucha gente, en la ciencia o en la política, que se esmere en llevar a cabo un proyecto de primer mundo. El doctor Hernández Rebollar nos mostró, apoyado por un impresionante archivo fotográfico de la construcción del telescopio desde sus cimientos, cómo ha sido la historia del GTM.
Hoy, a una altura de cuatro mil 580 metros sobre el nivel del mar, y a casi 30 años de que surgió la idea de su construcción, el GTM tiene el honor de haber participado en un descubrimiento científico histórico: junto con otras antenas similares distribuidas alrededor del planeta, se logró reconstruir la imagen del horizonte de un agujero negro, por primera vez, en el 2019. El GTM formó parte de los miembros que colaboraron en el proyecto Event Horizon Telescope para ver lo que se creía imposible hasta hace solamente algunas décadas.
¿Qué sigue para el GTM?; su historia apenas comienza. Se espera que en los años venideros se pueda cosechar el conocimiento científico que se sembró hace ya algún tiempo. El doctor Rebollar nos advirtió de mantener los ojos y oídos abiertos a las noticias en las próximas semanas, ya que el GTM nos tiene preparada una sorpresa que, sin duda, causará revuelo en la ciencia dentro y fuera de nuestro país.
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El Dr. Gerardo Martínez Avilés es académico del Departamento de Física y Matemáticas, astrónomo y divulgador del Centro Astronómico Clavius, de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.