El 20 de enero del 2021 marcará el regreso de los Estados Unidos de América a los acuerdos de París.
Por: Dr. Alfredo Sandoval Villalbazo, académico del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México e Investigador Nacional Nivel II (SNI).
Una de las principales consecuencias derivadas del reciente resultado electoral en los Estados Unidos es el regreso de este país a los acuerdos de París contra el cambio climático1. Estos acuerdos consisten en compromisos y acciones internacionales para reducir los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera y con ello evitar el aumento de la temperatura global de la Tierra antes de que se genere una catástrofe climática irreversible2. La falta de compromiso por parte de la administración Trump para reducir las emisiones de este gas de efecto invernadero representó una amenaza sin precedente histórico contra la integridad del planeta.
Para poder apreciar la magnitud del riesgo que se estaba corriendo es conveniente apoyarse en cifras públicas como las reportadas por el Banco mundial y en cálculos aritméticos simples. Los Estados Unidos emiten actualmente cerca de cuatro mil millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Esta cifra es únicamente inferior a su contraparte, China, y difícilmente iba a reducirse de manera significativa en la administración de Donald Trump (ver figura 1).
Más aún, el mundo se encuentra en una batalla contrarreloj, puesto que los próximos años son decisivos para evitar ‘un efecto dominó’, que combina fenómenos económicos, migratorios, políticos y ambientales causados por las altas concentraciones de dióxido de carbono3. La negación de la ciencia en general fue una característica de la administración Trump, que definitivamente no estará presente en la administración Biden.
Joe Biden ha prometido en campaña que el primer día de su administración firmará el regreso de los Estados Unidos a los acuerdos de París, cuyos lineamientos demandan un plan ambiental que garantice el descenso de CO2 atmosférico global. Es imposible alcanzar las metas deseadas sin la participación de los Estados Unidos4.
La física de efecto invernadero posee una base experimental sólida. El tiempo de residencia de cada molécula de CO2 en nuestra atmósfera oscila entre los 50 y 200 años5. Las altas concentraciones de este gas dan lugar a la retención de radiación infrarroja (calor) emitida por la superficie del planeta, propiciando el aumento de la temperatura global. La única manera de detener significativamente este aumento de temperatura es el descenso drástico de las emisiones causadas por el ser humano. Este escenario ahora es posible en virtud del cambio de administración en el poder ejecutivo de nuestro vecino país del norte.
Referencias:
1. A. Sandoval Villalbazo, “¿Qué hacer ante la salida de EU del acuerdo de París?”, Prensa Ibero (2 junio 2017).
2. A. Sandoval Villalbazo, “2018, año ominoso en la lucha contra el cambio climático”, Prensa Ibero (10 de diciembre de 2018).
3 Ver nota periodística de Marco Antonio Román: “Los próximos tres años decisivos para frenar el calentamiento global”, La Jornada, 23 de enero de 2018.
4.A. Sandoval Villalbazo, “Acciones de 15 países podrían evitar catástrofe climática del siglo XXI”, Prensa Ibero ( 24 de Mayo 2019 ).
5 R. Pierrehumbert, “Infrared radiation and planetary radiation”, Physics Today 64, 1, 33 (2011).